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Es mucho más que eso.


Profesor, docente o enseñante, es quien se dedica profesionalmente a la enseñanza, bien con carácter general, bien especializado en una determinada área de conocimiento, asignatura, disciplina académica, ciencia o arte.
Esa es la definición que le da Wikipedia a profesor, aunque yo no estoy de acuerdo.

Para mí, un profesor es más que eso, es la persona que pasa años importantes en tu vida, años decisivos.
Son personas que pueden cambiarte, dejarte huella, tanto positiva como negativa.
Qué te educan y enseñan tanto dentro como fuera del aula, incluso en ocasiones, héroes que desafían al sistema para que tú seas la mejor versión de ti. Aunque esto último ocurre pocas veces, por desgracia.

Personas totalmente infravaloradas por la sociedad, pero que cuando encuentras a los profesores de verdad, esos con vocación y que ahora tan pocos hay, te das cuenta lo equivocado que estabas.
Esos que te hacen querer aprender en cada momento, que saben darte la bofetada de realidad en el momento justo.
Los que te abren mundos que nunca querrás dejar, que cada clase la dan como el último día vivos.

Y qué bonito, joder.

Abrid los ojos y daos cuenta  que estas personas no solo os están enseñando una ecuación, formulación o cualquier​ otra cosa.

Es mucho más que eso.

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Suicidio.

Sentí el hálito caliente en mi cuello y cómo una hoja afilada lo recorría. Mis sentidos se alarmaron y comencé a correr notando las pisadas tras de mí. Corría, pero aquella sombra oscura no se separaba. De pronto, me alcanzó y me clavó aquel frío objeto. Caí desplomada al suelo y, con la fuerza que aún quedaba en mi cuerpo, me giré para descubrir su identidad... Lo hice .

Run.

Sus ojos verdes la miraban punzantes, la recorrían allá donde se movía. Su corazón se aceleraba cuando pensaba en la gota de sudor que caía por la espalda de ella, refrescándola y calentándola. Cada vez se acercaban más el uno al otro, el pulso se aceleraba. Sin más demora, se abalanzó sobre ella y comenzó a desgarrarle la piel, y con ella la carne que minutos antes servía para el placer del éxtasis. Los gritos de auxilio se mezclaban con los rugidos de gozo del otro. Quería correr pero la satisfacción que aquello le producía no le permitía mover ninguno de sus músculos si no era para acercarse más a él. Y allí, yacía con la mirada del otro clavada en lo más profundo de sí misma.

Bendita curiosidad.

Caminaba por aquel bello sendero sintiendo la brisa cálida que anunciaba la cercanía del verano. Un sonido me sacó de mi imaginación: los árboles comenzaron a hablarme. Yo, sin poder remediarlo, los escuché y seguí sus indicaciones. Tras unos minutos andando entre aquellos arbóreos charlatanes llegué a un sitio que nunca había visto antes. En silencio, me acerqué un poco y pude verla. Era bellísima. Ella, al escuchar mis pisadas se giró, y me miró. Yo me acerqué aún más y ella se fue aproximando a mí. Tomó mi mano y me arrastró con ella hacia la cascada. De vez en cuando, se giraba y me sonreía; yo aprovechaba ese momento para admirar sus facciones. No me podía gustar más. En la cascada, rodeó mi cuello y me besó. El tiempo se paró y disfruté de aquel momento, viviendo únicamente el presente, sin detenerme a pensar en lo que pasaría después de aquello. Bendita curiosidad.